Propuestas ante un hecho acuciante

Estos días he escuchado que se esta reclamando medidas que protejan, promuevan y regulen la actividad audiovisual, para defender las empresas y los puestos de trabajo de el sector que, como varios en nuestro país, han producido muestras de calidad y pericia.

¿Que es lo audiovisual? Porque no todo es igual, nada es mejor.

¿Seria el cine, la televisión, las nuevas plataformas, los videojuegos? ¿Y sus contenidos, los largometrajes, los cortometrajes, los telefilms, las telenovelas, las series, lo nuevos formatos, los videojuegos en red y sin red?

Sobre estos últimos, poco puedo decir, solo que al parecer es una industria muy poderosa mundialmente, pero muy especializada y informalizada. Si se incluiría en la promoción deseada creo que primero sus jugadores tendrían que identificarse y reglamentarse, para poder despues regular en función de equiparar las oportunidades que toda promoción industrial persigue.

Sobre el cine, en nuestro país tenemos el INCAA, el instituto que fomenta la actividad. En mi opinión, una excelente herramienta con una enorme participación del sector. Observo también que esta herramienta no puede resolver un problema clave: la exhibición. Se aprecia a primera vista una importante incidencia de las distribuidoras internacionales en la programación de las salas. Focalizando un poco mas es llamativa la escasa cantidad de empresas exhibidoras para el mercado argentino. Países con una densidad demográfica similar al nuestro poseen hasta casi el triple. Y por ultimo, este eslabón de la cadena de la industria, la exhibicion, se comporta casi de manera autista respecto a la inversión con que el estado argentino fomenta la producción y la distribución local, como si fueran exhibidores de otro país. Si a esto le sumamos la erratica conducta y la escasa participación de los espacios INCAA en este sentido, el ver una pelicula argentina parecería ser un habito casi militante, que por fortuna el publico está demostrando que no es así.

Y la televisión .

Mis primeras imágenes vinieron de la televisión. Disneylandia los domingos a la nochecita, Titanes en el Ring, Piluso, Batman con Adam West, La Nena los sabados a la noche, Tato los domingos a la noche, Mis hijos y Yo, Cumbres Borrascosas, con Beban y la Bruzzo, la primer miniserie argentina, y demas. Asi fue como empece a actuar. Actuando actué en Poliladron, y fue tan grande mi admiracion por el programa, tan inmediata la fascinación por su novedad, que empecé a dirigir. Hoy es cada vez mas dificil actuar y dirigir en televisión. Viene siéndolo y nada indica que va a dejar de serlo.

En los últimos tiempos la dificultad se manifiesta en la alarma que surge de todas las asociaciones que nuclea las diferentes articulaciones de la televisión, sindicatos, sociedades de gestión, asociaciones profesionales, cámaras empresarias.

Según Actores, el trabajo en televisión disminuyo del primer semestre del 2014 al primero del 2016, un 57%, y del 2015 al 2016 un 36%. Los directores de televisión alarman con que en el 2013 se produjeron 30 ficciones, en el 2014, 22, en el 2015, 14 y en el presente año: 6.

La televisión condiciona conductas, por lo que emite y por la continuidad con que emite, emisión que recibimos en la intimidad de donde vivimos, de donde vamos. Hoy día emite en todos lados. Lo que no esta en la televisión, no existe. No solo el contenido condiciona conductas, la grilla de programación también. Y estas modalidad cotidiana de emitir desarrollo sus propias narrativas. Hay programas diarios, los hay semanales, los hay de media hora, de una hora y asi. Cuando menor es su frecuencia mayor es su complejidad en la trama y mayor su producción.

La televisión argentina fue una de las primeras de la región y la pericia con que producía telenovelas fue ejemplo y matriz de la televisión brasilera, por ejemplo. Fue.¿ Fue? ¿Podemos imaginar una television argentina sin ficciones argentinas? Esta pregunta que antes era inimaginble, hoy suena como muy posible.

Antes la televisión emitía por una frecuencia del radioespectro y la telecomunicación comunicaba por cables. Hoy ambos, la comunicación audiovisual y las telecomunicaciones, emiten y comunican por todos lados, por espectro radioeléctrico, por cable, por satélite, y por internet. Los 3 primeros carriers, televisión abierta, por cable y satelital, ya poseen su marco regulatorio, con sus derechos y obligaciones; en tanto el ultimo, no, por lo menos en tanto distribuidores de contenidos audiovisuales. Si no se regula esto  para que impida seriamente las posiciones dominantes, el porcentaje no solo de series y telenovelas, sino que de películas y cualquier formato que se pueda producir en nuestro país que por allí se emita, sería cada vez menor.

Agrego que según la Defensoría del Público, en argentina, el 80% de la población sigue recibiendo contenidos audiovisuales a traves de la televisión abierta, a pesar de ser nuestro país el de mayor porcentaje de abonados al cable de la región.

¿Por que si hay cada vez mas medios para emitir, resulta cada vez mas difícil a un productor emitir? ¿Porque el crecimiento de la oferta es superior al de la demanda? Puede ser. Y ¿por que las nuevas plataformas concentran los lanzamientos casi simultáneos de las distintas emisoras o señales pero estas no reciben contenido argentino? ¿se los llevamos? ¿lo reciben?

Un estudio muy serio, demuestra que una hora de telenovela o de serie de televisión necesita cada vez mas de la venta internacional para, no solo obtener ganancia, sino, hoy dia, pagar sus costos (un 20% de venta internacional en las producciones directas de las emisoras grandes, un 40% en las grandes productoras y de un 80% a las restantes productoras en este sentido) ¿cómo no estamos vendiendo para producir? ¿qué estamos produciendo? De aca se me plantea otra pregunta, ¿que es un buen productor, el que hace el contenido con la menor cantidad de dinero posible, o aquel que consigue el dinero necesario para realizar el contenido? Tiene que articular las dos conductas, no una.

Durante la pasada gestión, el INCAA, llevo series de productoras independientes a algunos de los diferentes mercados internacionales, como el MIPCON, pero su éxito fue, a lo sumo, relativo Este resultado no es el problema, el problema es no estudiar que es lo que se busca en esos mercados, hacerlo y volver.

El mismo estudio, sostiene que el contenido que mayor capital seduce para invertir en su producción y mejor rinde tiene en la participación de la inversión publicitaria es la telenovela. Aclaro que cuando hablamos de telenovela no hablamos de “tira diaria”, sino que hablamos de un melodrama de emisión diaria con continuidad forzada, el llamado culebrón. En Argentina, país pionero del genero, no se producen telenovelas, cabría preguntarse por qué. No es que no considere a Matungo, o a Soy Nina, o a El Clan, o al fenómeno de Violetta que corroboran la pericia de las fuerzas productivas de la televisión argentina, y de acá se desprende 
una obviedad: nadie vende Telenovelas o Series de televisión Argentinas con regularidad en el exterior. Es decir que estamos renunciando a los mercados que nos pueden dar ese 20 a 80% de capital para producir, salvo excepciones.   

Podría legislarse una regulación que fomente la producción de telenovelas y series de television con apoyo, mediante acuerdos comerciales con privados y estados, para la emisión y venta internacional, que regule exenciones impositivas para los que invierten en producir telenovelas y series, y que exija a las señales internacionales que se emiten en nuestro país a producir y/o a emitir un porcentaje de su programación en producción nacional.

Sería una buena resolución. 

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